El injerto se ha convertido en una alternativa mundial en la apuesta por una agricultura sostenible, ya que gracias a su práctica, el número de desinfecciones a realizar en suelo se ha visto disminuido, y todo ello sin repercutir negativamente sobre la cantidad y calidad de la producción.
- Introducción
- Procedimiento
- Factores que influyen en la unión del injerto
- Tipos de injerto
- Portainjertos
Introducción
El injerto es una técnica basada en el cultivo de una planta (variedad) con la raíz de otra (patrón-portainjerto) formando una unidad. La “planta variedad” se escoge en función de parámetros tales como calidad y rendimiento entre otros, mientras que la especia elegida como patrón será aquella que aporte resistencia o tolerancia en su defecto, ante enfermedades de suelo principalmente. Estas enfermedades aparecen por lo general por no llevar a cabo en la explotación una correcta rotación de cultivos, monocultivo.
Las enfermedades de suelo más habituales en monocultivo de tomate son las siguientes:
HONGOS
- Fusariosis y Verticilosis: hongos que penetran en la planta a través de las raíces, dificultando la nutrición de ésta y ocasionando por tanto el marchitamiento e incluso su muerte.
- Raíz acorchada: las raíces principales presentan fisuras y las raíces secundarias llegan a desaparecer quedando el sistema radical profundamente debilitado.
NEMATODOS
Provocan la aparición de nódulos o protuberancias en las raíces (Figura 1), los cuales dificultan el desarrollo radicular y la nutrición de la planta consecuentemente.
BACTERIAS
Enfermedades bacterianas que penetran por las raíces y provocan el marchitamiento y muerte de la planta.
Algunas variedades que se encuentran en el mercado cuentan con resistencias a estas enfermedades de suelo que se comentaban anteriormente, lo cual haría innecesario el injerto. Por tanto, el injerto se utiliza cuando la variedad que se desea cultivar es sensible a una o varias enfermedades de suelo, y además se tiene constancia que estas enfermedades están presentes en la finca en cuestión. Por otro lado, el injerto también proporciona un vigor mayor en la planta, lo cual permite trabajar con densidades de plantación menores y alargar el ciclo de cultivo sin que la práctica de éste suponga una merma en la cosecha.
Procedimiento
Para que un injerto tenga éxito ha de existir una coincidencia de los tejidos próximos a la capa de cambium que produce callo. Además, hay que tener en cuenta, que cuanto mayor sea la afinidad botánica, mayores serán las probabilidades de éxito del injerto.
La secuencia en la cicatrización de un injerto es la siguiente:
- Entran en contacto los tejidos del patrón y del injerto de forma que las regiones cambiales de ambos quedan estrechamente unidas. Las condiciones climáticas deben ser las óptimas para la estimulación del prendimiento de las células que acaban de entrar en contacto y las circundantes.
- Las células del cambium del patrón y del injerto producen células de parénquima que se entremezclan formando un tejido de callo.
- Algunas células del callo se diferencian en nuevas células de cambium.
- Las nuevas células del cambium producen tejido vascular, estableciendo así la conexión entre la púa y el patrón.
El proceso común de todos los injertos en hortícolas es el siguiente:
- Siembra del patrón y de la variedad: cuando se trata de solanáceas la variedad y el patrón se siembran a la vez o también se puede sembrar el patrón 5 a 10 días antes. De todos modos, el patrón como mínimo debe tener una o dos hojas verdaderas bien desarrolladas en el momento del injerto.
- Injerto: se lleva a cabo en zonas habilitadas para tal fin.
- Prendimiento: durante los 4 a 5 días siguientes al injerto, las plantas injertadas se deben someter a un control muy estricto de humedad, luz y temperatura.
- Endurecimiento: una vez producido el prendimiento del injerto, paulatinamente se va adaptando la planta a las condiciones ambientales en las que posteriormente se irá desarrollando.
Factores que influyen en la unión del injerto
- Temperatura: tiene un marcado efecto sobre la división celular y por tanto, sobre la formación del tejido del callo y la diferenciación de nuevos haces vasculares. Temperaturas inferiores o superiores al rango óptimo provocan que estos procesos de diferenciación celular se ralenticen o incluso paralicen.
- Humedad: las células del parénquima que forman el tejido del callo son de pared delgada y muy sensible a la deshidratación. Humedades relativas inferiores al punto de saturación, inhiben la formación de callo y aumentan la tasa de desecación de las células cuando disminuye la humedad.
- Oxígeno: para la producción de tejido de callo es necesaria la presencia de oxígeno en la unión del injerto.
- Actividad de crecimiento del patrón: el inicio de la actividad cambial se debe a un estímulo de auxinas y giberelinas producidas en las yemas en crecimiento. Si el patrón está en fase de reposo o crecimiento lento es más difícil la producción de cambium en el injerto. Cuando el patrón está hiperactivo, presión excesiva de las raíces, o hipoactivo, sin crecimiento de raíces, debe dejarse algún órgano por encima del injerto, que actúe de tirasavias.
- Técnicas de injerto: si se pone en contacto sólo una reducida porción de las regiones cambiales del patrón y de la variedad, la unión será deficiente. Aunque haya una buena cicatrización y comience el crecimiento de la variedad, cuando ésta alcance un desarrollo importante, una unión tan escasa impedirá el movimiento del agua y se producirá el colapso de la planta injertada. Los haces conductores en tomate están dispuestos en círculo, por lo que si el patrón y la variedad tienen diámetros similares, la unión es máxima.
- Contaminación con patógenos.
- Condiciones ambientales en la fase posterior al injerto: el marchitamiento de la variedad se produce muy fácilmente por lo que hay que extremar los cuidados.
Tipos de injerto
INJERTO DE APROXIMACIÓN: se hace coincidir una lengüeta del hipocótilo del patrón con otra similar de la variedad, de manera que los cortes se superpongan. Durante la fase de prendimiento y endurecimiento las dos plantas conservan sus raíces, aunque una vez establecida la unión correctamente, se corta el tallo de la variedad para aislarla del suelo.
Fig. 3 – a) Injerto de aproximación |
b) Injerto de púa |
c) Injerto de empalme |
INJERTO DE PÚA: una púa de la variedad, corte en bisel por debajo de los cotiledones, se introduce en una abertura vertical efectuada entre los cotiledones del patrón. En este caso, desde el mismo momento que se realiza el injerto, se deja solamente la raíz del portainjertos.
INJERTO DE EMPALME: se corta en bisel el tallo del patrón por debajo de los cotiledones. En la variedad también se realiza un corte por debajo de los cotiledones, con el mismo ángulo pero en sentido contrario, de manera que la planta quede totalmente adaptada al corte del patrón. En este caso, al igual que en el injerto de púa, desde el momento en que se realiza el injerto se deja sólo la raíz del portainjertos.
Portainjertos
Las características que debe reunir un portainjertos son las siguientes:
- Inmunidad a la enfermedad que se desea prevenir.
- Tolerancia a otros patógenos de suelo.
- Vigor y rusticidad.
- Afinidad con la variedad.
- Reducida incidencia sobre parámetros de calidad del fruto.
La incompatibilidad entre el patrón y la variedad se suele manifestar con alguno de estos síntomas:
- Elevado porcentaje de injertos fallidos.
- Follaje amarillento, defoliación o crecimiento reducido.
- Muerte prematura de la planta.
- Diferencias marcadas en la tasa de crecimiento entre patrón y variedad.
- Desarrollo excesivo de la unión, arriba o debajo de ella.
- Ruptura por la unión del injerto.